Ruta Pena Molexa - Monte da Lagoa

Pena Molexa está chea de lendas
Ruta Pena Molexa - Monte da Lagoa

Esta ruta combina los paisajes de naturaleza  escarpada con sus pronunciados acantilados y la tranquilidad del Valle de Trasancos hacia el interior, ideal para los amantes de la fotografía.

Haz clic encima de cada punto de interés para escuchar la descripción. Disponible en galego, castellano e inglés.

Punto 1: Ruta Pena Molexa - Monte da Lagoa integrada en la Costa Ártabra

Se conoce como Costa Ártabra la ubicada al noroeste de la costa de Galicia, entre las rías de Ares y de Ortigueira. Además de las impresionantes vistas y su naturaleza virgen, la costa Ártabra destaca por ser un lugar declarado de alto interés geológico debido a la variedad y antigüedad de sus rocas.

Toda la zona está declarada como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) por sus ecosistemas y peculiaridades. Está considerada como Espacio de Interés Paisajístico y a estos valores se le añade la singularidad de múltiples elementos, desde los numerosos faros, santuarios o la Sierra de la Capelada, hasta los acantilados más altos de Europa.

En el conjunto que engloba la Costa Ártabra destaca el territorio conocido como “Monte da Lagoa”, presidido por una cerca del  Neolítico Inicial: el primero “causewayed enclosure” ("vallado prehistórico" en inglés) documentado y publicado (1999) en España, y cada uno de los distintos elementos materiales e inmateriales pertenecientes al Ayuntamiento de Narón que componen este singular territorio que es parte vertebral de la Costa Gallega.

El Monte da Lagoa, como sus parientes europeos, tenía en el Neolítico la función de recoger el ganado por las noches y una función ceremonial derivada de dividir el año en dos partes: una clara, a partir del 1 de mayo con la subida del ganado al monte, y una oscura, a partir de 1 de noviembre con la bajada del ganado al Valle de Trasancos.

Son puntos destacados en los recorridos:

  • Pena Molexa, extraordinario monumento megalítico que señala la ascensión de la luna llena en el solsticio de verano al año metónico.
  • Pena Lopesa, Campo do Avial y O Casal, los tres en la linea de costa entre las hermitas de Santa Comba y Santo André de Teixido (santuarios y lugares de peregrinación de los gallegos y galegas llenos de leyendas y misticismo).
  • Resulta impresionante el pico del Monte da Lagoa, desde donde se divisa toda la comarca de Ferrolterra y desde donde podemos vivir y entender la magia que nos ofrece este territorio.
  • Por último, el Castro de Vilasuso se conserva con su muralla y foso, dominando el fértil territorio de O Val.

Esta ruta combina los paisajes de la Naturaleza escarpada en sus pronunciados acantilados y la tranquilidad de O Val de Trasancos hacia el interior, ideal para los amantes de la fotografía.

El trazado es en forma de ocho, comienza y termina en el mismo lugar y ofrece la posibilidad de visitar solo uno de los circuítos:

  • Circuíto A: Pena Molexa. 5.140 m. 
  • Circuíto B: Pena Molexa – Monte da Lagoa. 12.150 m.

Punto 2: Pena Molexa - La Barca Lunar

Este singular conjunto  megalítico, que tienes delante, está compuesto de una piedra en forma de disco lunar colocada sobre enormes piedras en forma de barca. La Pena Molexa, es el megalito que concentra más leyendas de Galicia. Todas ellas sobre el concepto Celta de Soberanía Sacra.

El conjunto  megalítico de "Pena Molexa” destaca por su emplazamiento en relación con el territorio que lo rodea, su neutro valor energético, la técnica constructiva con la que fue erigida y la articulación de sus elemtentos, considerada como una “Barca Lunar” megalítica de más de 8.000 años de antigüedad. Considerado un observatorio astronómico precedente al de Cromlech, al de Os Almendres en Portugal (de 8.000 años de antigüedad) o del famoso Stonehenge (de 5.100 años de antigüedad).

Pena Molexa tendría también la función de “pousadoiro”, y la de servir para que la comitiva fúnebre pudiese escenificar – manifestación mantenida viva hasta nuestros días-  la recogida del alma del Rey, tras superar una prueba planteada por la Moura (mujer de la mitología gallega) y su posterior transporte en la barca lunar a Omórika (el Más Allá).

La enorme antigüedad sitúa en el conjunto el origen luni-solar, de las creencias del destino del alma del príncipe transportado por la luna– el mito de Endimion - por Reve, la “Ascendente Luna”, en su barca lunar vinculándose la luna al último viaje de príncipes y reyes en una barca que navega al Más Allá conducida por la Luna.

"Que sea yo la protectora para los que no la tienen,
sea una guía para todos los viajeros en el Camino;
Que sea yo un puente, una barca y un bote
Para todos los que quieran cruzar [al Otro lado del Mar]".
La diosa védica REVATI- Shanti Deva

Pena Molexa seguramente también sirvió a los primeros celtas e indoeuropeos para ajustar el ciclo metónico y establecer el calendario. Así su orientación permite que en el día que sale la majestuosa luna llena en el solsticio de verano, se ilumine la enorme roca con una tenue luz de tonos violetas según quién lo ha presenciado.

Leyendas de Pena Molexa

Las leyendas situan en la Pena Molexa el big bang del concepto de Realeza Sagrada -Sacral Kingship- y las ceremonias celtas de entronización real.

Una leyenda cuenta que a Pena Molexa, la hizo una mujer vieja con el dedo meñique; otra leyenda cuenta que en la noche de San Juan, una casamentera "moura" joven, sale a mostrar su oro, sometiendo a los pretendientes que esa noche pasan por esta piedra a una prueba. Los mozos deben escoger la pieza de mayor valor, pero si escogen la pieza de oro de mayor peso, la Moura desaparece y el objeto escogido se convierte en carbón. Para otras personas, el conjunto de Pena Molexa  es un rey con sus caballeros convertidos todos en piedra por no pasar la prueba. Cada noche de San Juan, recobran su aspecto humano y cabalgan de nuevo esa noche.

Cuentan también que en esa noche de San Juan sale un hechizo de Pena Molexa con tres mulas de oro que marchan para el mar si nadie las desencanta.

Punto 3: Pena Lopesa

La Pena Lopesa son los restos de un antigo castro y de una fortaleza medieval desaparecida por el efecto de la erosión marina.

Es uno de los múltiples castros galaicos destruídos por la fuerza del mar en los promontorios de la costa Atlántica en la Edad de Hierro.

La erosión marina separó, a finales de la Edad Media o en la Edad Moderna la Pena Lopesa del Monte da Lagoa, formando una áspera e inaccesible península penetrada en el mar con paredes verticales de 42 metros de altura.. Pena Lopesa tenía en la antigüedad una fuente de agua dulce.

El pequeño camino que va de Pena Molexa hasta Pena Lopesa es uno de los más hermosos e interesantes del tramo del itinerario que lleva hasta Santo André de Teixido. La grandiosa naturaleza virgen, dominante sobre el Océano Atlántico y el Valle de Trasancos, inundando todos los sentidos en poco más de un kilómetro lo convierten en un lugar único inmutable con el paso de los siglos. 

Con la vista del Océano Atlántico podemos emprender la peligrosa bajada al acantilado para contemplar la impresionante Pena Lopesa: los restos de un castro costero, desaparecido, convertido casi en una isla por la acción del mar. Una gran hendidura separó la Pena Lopesa de los Montes de Vilarquinte formando unapenínsula al derrumbarse, un acantilado de inaccesibles paredes verticales.

Apareceron restos de cerámica, y otros restos, confirmando su ocupación en torno al cambio de era.

Pena Lopesa es uno de los cientos de castros atlánticos destruidos por la fuerza del mar, de los que los marineros cuentan viejas historias en las largas noches de invierno.

Dice la leyenda que en Pena Lopesa, en el tiempo de los “Mouros”, seres míticos gallegos, un poderoso rey custodiaba un fabuloso tesoro.

El rey salía a cazar a los montes de Vilarquinte extendiendo un puente levadizo y girando las herraduras de su caballo para engañar a reyes enemigos que querían robarle su tesoro.

Un día estos reyes reunieron un gran ejército y acamparon en el monte, frente a Lopesa. Tras años de asedio, y casi a punto de rendirse por el hambre, el Rey de Lopesa ofreció a los pájaros la última medida de trigo que tenía. Entonces los sitiadores, levantaron el asedio y se marcharon pensando que el Rey Mouro tenía comida para muchos años.

Playa de Lopesa

La playa de Lopesa tiene una longitud de 20 metros y una anchura mínima de 10, con mucha variación por causa de las mareas. El suelo de esta playa está compuesto por pedruscos y rocas de los frecuentes derrumbes de la costa. Su acceso no es aconsejable por su gran dificultad.

Punto 4: Campo do Avial

Desde este lugar, Campo do Avial, se puede asomar a la cala de Hortiña, pequeña cala con mucho encanto. Resulta complicado su acceso hasta para los más aventureros, quedando desafortunadamente cubierta por la pleamar. Pero desde lo alto del acantilado disfrutaremos de una impresionante panorámica.

Playa da Hortiña

Los peregrinos, caminantes y senderistas se emocionan ante la inmensidad del océano cuando realizan el antiguo Camino Costero de Santiago y de Santo André, antes de bordear el Cabo Prior hasta San Cristovo das Serpes y sus áreas del Paraíso, salvando los Montes da Lagoa y Vilarquinte, O Val, Terra de Trasancos y zonas entre los más altos acantilados de Europa.

Cada piedra de este camino tiene un nombre propio, guarda una historia o un secreto. Aquí, la marcha a pie tiene su recompensa en la intimidad de las pequeñas calas escondidas en los huecos de los acantilados: las escondidas playas de Lopesa, Hortiña, y de O Casal.

La cala "da Hortiña" tiene mucho encanto por conservar indemne la integridad del litoral y tres islotes percebeiros de grande calidad e importancia económica.

Aunque de muy difícil acceso, hoy reservado solo a los expertos percebeiros, resulta complicado hasta para los más aventureros. Disfrutamos de la impresionante panorámica del acantilado, refugio de colonias de aves marinas y adornado por el clavel marino, orquídeas y flores salvajes.

Punto 5: O Casal

Pequeña cala con mucho encanto. Resulta complicado su acceso, quedando enmarcada por tres puntas muy características de esta abrupta costa: Punta Castelo, Corveiro y Ferruseda.

Playa do Casal

En este tramo de la costa descubres playas de fina arena, como esta playa do Casal, una larga playa con agua dulce, alimentada por el riachuelo de Vilarquinte, escondida entre cabos rocosos y estratégicos salientes donde se pesca una excelente y esquiva robaliza.

Aunque se puede acceder a ella, es una playa de difícil acceso. Esta playa permite observar una gran diversidad tanto de flores salvajes y de especies marinas, como de minerales. El trabajo del mar crea unas rocas muy peculiares. Islas e islotes llenos de leyendas se suceden y adoptan formas y colores diferentes. Cada hora la costa cambia y fluctúa con magia propia.

Mantienen los habitantes del lugar que la Punta Ferruxeda, la Punta do Corveiro y la Punta do Castelo, son obra de una vieja que los transportó allí en su cabeza mientras hilaba la roca... que son reyes durmientes con sus ejércitos de piedra... que son morada de enanos y mouros, como el que sale de la Fonte dos Tras Alcaldes la noche de San Juan tocando una gaita de oro.

Punto 6: Monte da Lagoa

Nos encontramos en Vilarquinte para acceder al Monte da Lagoa, un impresionante mirador para disfrutar de unas maravillosas vistas, donde encontramos un punto geodésico.

La cima del Monte da Lagoa dividía, hasta 1940, tres parroquias: O Val, Mandiá y Covas, y los ayuntamientos de Narón y de Serantes, hoy Ferrol, muy próximo se encuentra la llamada “Fonte dos Tres Alcaldes” donde, según la leyenda, la noche de San Juan, abríendose ese día de par en par las puertas que comunican nuestro mundo con el Alén, se escucha la maravillosa música de un mouro gaitero tocando una gaita de oro.

En este punto alto se encontró el Cercado Neolítico del Monte da Lagoa, que fue el primero descubierto en Galicia y en España de este género. Este Cercado era de forma redonda, bien defendido por un foso y un muro de piedra, llamado “curro vedro”, donde se guardaba el ganado en época de verano.

La subida del ganado a los montes de Vilarquinte en verano y la bajada al Val de Trasancos en invierno según la tradición de los pastores y agricultores neolíticos, era un acontecimiento de gran relevancia social, y por eso los Celtas del Área Cultural Atlántica de Europa dividían el año en dos mitades.

El primero de mayo, comenzaba el verano celta, llevando el ganado a las brañas “pastos de fresca hierba”, recogiéndolo en este cercado por la noche, al abrigo de los lobos. Así el primero de noviembre, con el comienzo del inverno celta, volvían con el ganado a O Val y a la seguridad y calor de los castros.

Estos cercados neolíticos para el ganado de la Europa Atlántica –explican el misterio, y la razón de las celebraciones celtas de las fiestas de los “maios”, tanto como la celebración de las fiestas de los difuntos. Mayo y Noviembre, fechas irrelevantes para la agricultura, son fundamentales para el ganado mayor, base de la riqueza en la economía mixta agro-pecuaria. De este modo los cercados Neolíticos cumplían una función económica y protectora del ganado, y también ceremonial.

Punto 7: Castro de Vilasuso

Antiguo castro, hábitat celta de la Edad del Hierro atlántico, que conserva el foso y los muros defensivos típicos de las aldeas galaicas. Al pie de una interesante colina de media ladera con un doble sistema defensivo.

Como todos los castros gallegos, Vilasuso tiene leyenda propia. La víspera del primero de Mayo, una gigantesca cobra alada, con todo su cuerpo cubierto de conchas sale del castro.

Es una serpiente buena que nunca hizo daño a nadie”, pero intimidados por su fiero aspecto los hombres la persiguen armados para matarla por el monte que está frente al castro, con restos de un lugar de culto celta y un interesante petroglifo, hasta hace poco el único conocido del Ayuntamiento de Narón. La serpiente huye por los Montes de Vilarquinte hasta la llamada “Casa do Martuxo”, donde tras bailar haciendo una rueda, se precipita por el acantilado y desaparece entre las olas del mar.

Información adicional
Saída: 
Pena Molexa
Chegada: 
Monte da Lagoa
Dificultade da ruta: 
Baixa
Lonxitude: 
Circuíto A: Pena Molexa. 5.140 m. | Circuíto B: Pena Molexa – Monte da Lagoa. 12.150 m.